Amor es azar. Y en el azar mandan las cartas.
Yo tengo la dama de corazones. ¿Será casualidad?
Pongamos que, yo soy tu reina, tu Reina de Corazones.
Pongamos que, yo soy tu reina, tu Reina de Corazones.
Muéstrame tus cartas, vamos a jugar a mi juego.
Me gusta llamarlo "amor" y está camuflado bajo el seudónimo de "engaño".
Es un juego simple, la estrategia es lo primero, y los sentimientos se guardan en la manga.
Será divertido, pero no intentes ganar a tu reina.
Antes de empezar me gustaría apostar, si gano me regalas tu alma y si pierdo me entregó a ti por completo, lo juro.
La noche se hizo larga, pero como es de esperar, gané.
No te entristezcas, es difícil ganar a la maestra.
Salí del bar, con 5 copas encima, y otro tonto engatusado gracias a mi cartas, no ha sido una mala noche.
La Reina de Corazones.