viernes, 21 de septiembre de 2012

~Te necesito, te necesito aquí a mi lado. ¿Por qué no estás aquí?
Te echo de menos, te echo de menos de una manera que empieza a hacerme daño.
Quiero que estés aquí, te quiero aquí, solo para mí. No hace falta que digas que soy una niña egoísta, lo sé.
Quiero apoyarme en tu hombro, para llorar cuando no pueda más.
Necesito tu voz de chica joven y a la vez mayor para calmarme.
Añoro, añoro aquellos escasos días de verano a tu lado, juntas.
Extraño, extraño nuestras conversaciones sobre libros y sobre otras muchas cosas que quedan censuradas.

Te extraño a ti, a todo tu ser. A la manera en que dices : "No digas tonterías, eres única". A tu forma de hacerme ver las cosas. Extraño,  extraño todo.

Y aquí estoy, escribiéndote (de nuevo) bajo los versos de una canción que también tu me ensañaste. 
Parecerá ridículo pero te escribo para tenerte siempre presente. Para no cometer ningún error dejando caer al olvido cualquiera de tus consejos. Para que  no caigas en el olvido.

Y no sabes, oh no sabes, lo estúpida que me siento. Por aquella charla, que sé que no se te ha olvidado. Porque me has enseñado a quererme a mí misma tal y como soy. Me has enseñado muchas más cosas, muchísimas. Hasta creo que me has transformado en una mejor persona, que llora en estos momentos mientras te escribe.
Y todo eso, no se olvida, no, no se olvida.

Let me love you



"Déjame amarte y te amaré... hasta que aprendas a amarte a ti misma".

domingo, 16 de septiembre de 2012

~Y me miró muy serio, como si fuera a soltar un discurso, pero en lugar de eso de limitó a decir:
"Si de verdad quieres ser algo en esta vida, tienes que ser mala, mala no... malísima"

Sonreí tímidamente y no fui capaz de decir nada, y tras un silencio frío como el hielo, seguimos cenando.

W.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

~"Porque a veces se me olvida, y no quiero que pase eso".

Es curioso como una persona puede recordar palabras tan fácilmente.
También depende de la persona que las diga, supongo.
Esta frase en concreto es de esas que te hacen llorar cada vez que la lees.
Más que nada, por la persona que la escribió.
Y espero que cuando esté leyendo no piense que esto es un sarcasmo poderoso, 
porque no, no es así.

-No sé si este es el mejor de los medios para decirte esto. Quizá en persona no te lo pueda decir (no preguntes ambas sabemos que soy rarita).
Eres una de las mejores personas que he conocido. Siempre ayudando a los demás si lo necesitan.
También sabes que si no hubiera sido por ti, tampoco me habría hecho un blog, ni nada por el estilo.
Y bueno, en definitiva, que no se ya cuento te debo.
Que tú fuiste una de las pocas personas que me ayudaron a salir de un bache duro, aunque quizá no lo sepas. Y eso, eso pequeña M, son las cosas que no se olvidan.

martes, 11 de septiembre de 2012

Y entonces aparece alguien




~Rechazo. Odio. Dolor. Decepción y algo de miedo. 
Acabas de escuchar esas palabras que jamás te hubiera gustado oír.
No quieres llorar, quieres parecer fuerte. Pero ya es imposible.
Intentas darle la espalda y hacer un salida dramática, con la cabeza bien alta y sin mostrar el menor de los resentimientos. Pero no puedes.
En lugar de eso, le miras a la cara, escrutas sus ojos y no sabes que ves en ellos. ¿Qué acaba de pasar?
¿Tanto miedo le tienes al "no te quiero"?
Te das la vuelta, sales corriendo. Por alguna razón él te sigue, intenta remediarlo de algún modo. Pero ya es tarde.
Cuando sientes que las piernas te fallan, y las lágrimas pesan más que tú, te dejas caer en un rincón oscuro.
Con la cabeza apoyada en las rodillas, sollozando.
Tú y la oscuridad. No hay nadie más. Una soledad que inunda cada rincón de tu corazón. De tu patético corazón, frágil, demasiado frágil.
Y entonces aparece alguien, alguien que hace que desaparezca esa oscuridad. Te tiende la mano, y tú, ahora destrozada y rota en todos las aspectos, te levantas. 


-Por esas personas que me tendieron su mano, cuando la oscuridad me invadía. 
Gracias.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Un otoño aún vacío

~Trasteando por mi habitación encontré restos casi olvidados de enero. Bufandas, pañuelos, vaqueros largos con agujeros. Botas, calcetines largos, anoraks. Pañuelos llenos de microbios, recordando aquella enfermiza (oh, enfermiza en todos los aspectos) Navidad. 
También encontré trocitos de febrero. Más prendas de invierno. Ilusiones, desilusiones y alguna que otra decepción. Cerré la caja donde se encontraban aquellos meses fríos y cubiertos con un cierto sabor a amargura.

Los meses primaverales ni siquiera los intenté recordar. Kilos, kilos y más kilos. Grasa, grasa y más grasa, donde solo hueso había. Meses duros por más de mil y una razón. Quizá fuera por mí, quizá fuera por ellos.
Una almohada húmeda, húmeda por todas las lágrimas que en ella se habían derramado sin orden ni concierto.

Junio, al fin llegó junio. Un mes lleno de luz y calor. Sí, se notaba aquella sensación veraniega que tanto echaba en falta. Esperando con ansia un verano, que sería recordado, en lo bueno y en lo malo.
Julio. Un mes sin descripción, solo hay palabras sueltas. Decepción, amistad, sorpresas, más decepción y algunas lágrimas con y sin importancia, piscina, amigos, él.
Y al fin agosto, otro mes veraniego esta vez más alegre que el resto, en el cual decidí abandonarme a la suerte. No pensar en nada, olvidarme de todo.

Septiembre. Un mes raro. Mitad otoño, mitad verano. Unos días en Galicia. Verde, agua, mucha agua, playas perfectas, tradiciones, meigas, muchas meigas, supersticiones, una tierra mágica a su manera.
A punto de acabar las vacaciones, me despido de unas personas y saludo a otras. Esperando un nuevo curso, vacilante, lleno de incertidumbre y algunas dudas.

Por fin abandono la habitación, dejando una caja libre para este otoño. Un otoño aún sin descripción. Sin recuerdos. Una caja esperando ser llenada con palabras, hechos y alguna que otra sonrisa.

domingo, 2 de septiembre de 2012

~Por favor dime que abra los ojos
cuando este mundo se deshaga de todos sus despojos.
Cuando la libertad adquiera un auténtico significado
no como ahora, que está infravalorado.
Haz que me levante cuando el amor
no esté atado al odio.
Solo te permitiré que me despiertes cuando
"los te quieros" dejen de ser falsos
en este mundo lleno de mentiras.









~Atentamente: una chica cansada de oír mentiras
y escuchar falsos sentimientos.