Te echo de menos, te echo de menos de una manera que empieza a hacerme daño.
Quiero que estés aquí, te quiero aquí, solo para mí. No hace falta que digas que soy una niña egoísta, lo sé.
Quiero apoyarme en tu hombro, para llorar cuando no pueda más.
Necesito tu voz de chica joven y a la vez mayor para calmarme.
Añoro, añoro aquellos escasos días de verano a tu lado, juntas.
Extraño, extraño nuestras conversaciones sobre libros y sobre otras muchas cosas que quedan censuradas.
Te extraño a ti, a todo tu ser. A la manera en que dices : "No digas tonterías, eres única". A tu forma de hacerme ver las cosas. Extraño, extraño todo.
Y aquí estoy, escribiéndote (de nuevo) bajo los versos de una canción que también tu me ensañaste.
Parecerá ridículo pero te escribo para tenerte siempre presente. Para no cometer ningún error dejando caer al olvido cualquiera de tus consejos. Para que tú no caigas en el olvido.
Y todo eso, no se olvida, no, no se olvida.