domingo, 2 de diciembre de 2012

Te visitó la dama de negro.

10 de noviembre

Tres de la madrugada. La dama de negro coge su guadaña.
Avanza sigilosa, con pasos sutiles pero firmes.
Avanza, avanza.
¡Y quien es el valiente que se le antepone!
Nadie, nadie se le acerca.
La dama de negro de entre todos te eligió a ti.
"Siéntete afortunado" te dijo.
"Voy a sacarte de este infierno, y tú. ni te enterarás" murmuró.
Y sin pedir permiso, te robó la vida. Hasta la última gota.
Leves pitido, se oyen. Pero tú sigues soñando, ahora en un sueño interminable.
Juré a los cielos verte y decirte "te quiero", pero ni eso pude.

Recuerdo cuando me decías "el regalo más bonito, sin duda es la vida".
Yo sigo pensando que es un regalo condicional.
Y el destino te lo arrebató.

Pero, si de algo te sirve, te prometo que no caerás en el olvido.
No puedo vengarte, no si la dama de negro se interpone.
Y ahí la tienes, interpuesta entre ambos.

Siempre en el corazón, porque eso no me lo quita nadie, ni siquiera el vil y asqueroso destino.

2 comentarios:

  1. El recuerdo está en tu alma y en la mía y en la de otros tantos. Y sí permanecerá, pese a la cotidiana lluvia, a las frases vacías para fingir que nada ha pasado y a las llenas de sentimiento que interpretamos cada uno en silencio cuando pensamos que nadie nos ve.

    No sé qué te dijo tu abuelo, ni lo que te diría de estar a su lado, ni lo que te dirá cuando, un día, le vuelvas a ver, pero sé qué quiero decirte yo: no-te-rindas.

    Por él, por su nombre, por tu familia y por los que estás ayudando a vivir, incluso mientras mueres por dentro.

    Y por ti misma, porque tu don, poder curar almas con tu risa, debe salvarse de lo gris y absurdo de este mundo. Porque quiero que seas consciente de tu infinita luminosidad.

    Escribiendo como lo haces. Implicándote con las personas como lo haces.

    Me despediría con un beso, o quizá un abrazo, pero prefiero saltármelo y simplemente hacer que me sientas cerca... a pesar de estar lejos.

    (Nos veremos pronto, lo prometo).

    M.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El recuerdo está ahí. Quizá una de las frases más duras que he escuchado después de su muerte fue : Me parece hipócrita poner en las lápidas el típico : no te olvidamos, porque tarde o temprano te olvidarás. Solo recordarás una sombra, podrás recordar su cumpleaños, la fecha de su muerte y su nombre y apellidos, pero nada más. Eso mismo me pasó a mí.
      En ese momento morí, morí más que nunca, porque desde luego me desgarra el alma solo el pensar que puedo olvidarlo.

      Espero que ese "don" tan mágico para algunas personas (aunque yo no lo veo tan especial) siga brillando por mucho más tiempo sea cual que sean las circunstancias. Y si me pides seguir adelante, yo sigo.

      Espero verte pronto para poderte dar esos abrazos tan interminables.

      W.

      Eliminar