viernes, 6 de julio de 2012

Una nueva vida basada en viejos recuerdos (Parte 1)

~Otra mañana más. Un día nuevo acababa de empezar y Bianca se despertaba mientras los primeros rayos de sol entraban a través de los pequeños agujeros de su persiana.
Sus padres se habían divorciado cuando ella tenía 5 años y acababa de mudarse con su padre a Versalles, un pueblo situado bastante cerca de París.
No podía quejarse pues era un lugar precioso con temperaturas suaves, nada que ver con México, donde había vivido hasta hace bien poco con su madre. Y sin embargo... seguía pensando que había dejado demasiadas cosas atrás : sus amigos, su casa, su madre, su abuela y por supuesto, lo había dejado atrás a
él... Sí, Bianca tenía serias dudas sobre su futuro con su padre, pero no podía volver atrás.

Faltaban solo dos días para su cumpleaños, no lo podía creer, sería su decimoséptimo aniversario y no tenía a su lado a ninguno de sus amigos. No tenía ninguna duda de que su padre haría todo lo posible y más por hacerla feliz en aquel día tan especial, pero no sería suficiente, no conocía a casi nadie en Versalles, salvo a algunas muchachas y a un par de chicos. Decepcionada y mareada de tanto pensar se dejó caer en la cama de nuevo, sin ningún ánimo de levantarse. Estaba claro que allí tumbada no mejoraría la situación pero... ¿qué podía hacer ella salvo mirar a través de su ventana para intentar matar el tiempo?



Se sentía hambrienta, así que bajó a la elegante cocina de la casa y se preparó un ligero desayuno. 
Había terminado de tragar el último bocado de la tostada cuando alguien llamó a la puerta. Con un paso lento, a la vez que tambaleante, (pues aún se sentía medio dormida) se dirigió a abrir la puerta.
Como Bianca se imaginaba, era su tía Petunia la que había ido a visitarla. Y, antes de poder saludarla, la mujer la agarró para darle un gran abrazo a su joven sobrina. Estaba claro que Petunia se preocupaba mucho por ella, pero la muchacha notaba que su tía intentaba hacer el papel de segunda madre, y esto a Bianca le incomodaba bastante... Especialmente ahora que trataba de dejar atrás su pasado.
Ambas se sentaron en el enorme salón de la casa y charlaron. 
Desde luego la casa de su padre era fantástica; además de muy lujosa... Todo lo contrario que el pequeño apartamento de México, pero aún así, ella sentía que le faltaba algo a su nueva vida, y es que tal vez aún echaba de menos a Aitor. 
Aitor... su nombre estaba grabado en su cabeza a pesar de que rompieron hace algo más de un año y medio. Bianca lo hubiera dado todo para que esa relación no hubiera acabado nunca, pero claro está un chico "malo" como él y una muchacha tierna como ella no habrían durado eternamente. Y, aunque le había causado mucho daño le seguía queriendo como el primer día. Había llorado demasiado por él, pero no lo podía olvidar, por más que quisiera, la imagen de ese tipo descarado no salía de su cabeza.

De repente, se dio cuenta de que estaba ignorando a su tía por completo (siempre que pensaba en él perdía el hilo de cualquier conversación, siempre). Se sonrojó un poco e hizo un esfuerzo por atender a Petunia, la cual, ni se había percatado de la "ausencia" que había sufrido Bianca.

Tras un larga velada conversando, Petunia le entregó una pequeña maleta. Ambas sonrieron y en seguida la mujer salió de la casa despidiéndose de su sobrina.
En cuanto la puerta se cerró, Bianca corrió escaleras arriba hasta su cuarto y se sentó en la cama, dispuesta a averiguar que clase de contenido había dentro de la misteriosa maleta.
Lentamente la abrió y descubrió un gran número de fotos en blanco y negro, debían de tener al menos 15 años :

"Recuerdos de París, verano de 1985"

¡Vaya! Su tía llevaba casi 3 años sin verla, y aún así recordaba que a Bianca le entusiasmaba la fotografía.
Entusiasmada, la muchacha decidió vestirse y salir a la calle con su cámara. Al parecer el día iba a ser mejor de lo que ella pensaba. Buscó en su enorme mochila la cámara de fotos, algunas fotografías hechas por ella y un libro que leería más tarde ...



¡Todo estaba listo! Revisó algunas fotos, depositó su libro en la cama y agarró su cámara. Bianca estaba dispuesta a fotografiar todo aquello que se le pusiera por delante... Al menos, si debía quedarse con su padre una temporada, se llevaría un buen recuerdo de su estancia.



~Continuará...


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